La iniciativa de tu bebé y el juego libre

La iniciativa de tu bebé y el juego libre

La iniciativa de tu bebé es la chispa que enciende el fuego juego libre. Y el juego libre es una parte esencial del desarrollo saludable de tu bebé. ¿Cómo cuidar esa chispa? Te lo contamos en este post.

“El entorno óptimo es condición indispensable, pero la propia iniciativa del niño es la clave, el impulso dinámico del desarrollo.”

TERESA GODALL, en “Movimiento libre y entornos óptimos. Reflexiones a partir de un estudio con bebés” en RELAdEI 5.3 Monográfico Pikler Löczy, Septiembre 2016

Artistas en pañales: Duchamp, Dalí, un poroto.

Antes de adentrarnos en los consejos prácticos… ¿Te fijaste cómo los bebés son verdaderos expertos en sacar las cosas de su contexto y en darles los usos más impertinentes? Es que para los bebés, las cosas son un mundo por descubrir y los contextos, un misterio aún por resolver (y les llevará muchos años hacerlo).

Por eso su forma de ver y actuar en el mundo me recuerda muchas veces a los gestos de dos artistas que con la intención deliberada de ignorar las leyes de la lógica, la utilidad o el sentido común, cambiaron el arte y el mundo para siempre: Dalí y Duchamp.

Y te preguntarás ¿Mi bebé qué tiene que ver con Dalí y Duchamp?

  • Duchamp, tomó un mingitorio y lo puso sobre un pedestal en la sala de un museo con el título de “La fuente“.
  • Dalí pintaba paisajes oníricos con relojes y llaves fundiéndose, cajones y cuerpos deformados.

Dalí y Duchamp -y muchos otros artistas- nos mostraron y muestran que:

  1. Cualquier objeto puede convertirse, sin ser alterado ni transformado de ninguna forma, en una obra de arte por un simple gesto (a esto Duchamp lo bautizó readymade / objet trouvé)
  2. Fuera de su contexto original las cosas pueden adquirir un nuevo sentido.
    Su sentido común se quiebra y se abre a la interpretación del artista y de quien mira la obra.

Mientras tanto tu bebé:

  1. Sin ningún tipo de ayuda ni estimulación, va a encontrar no-juguetes o readymade en los lugares más inesperados y recónditos de tu casa, y convertirlos en juguetes con un simple gesto.
  2. Saciará su curiosidad muchas veces con objetos que los adultos no encontramos para nada interesantes. Se obsesionará con aquellas cosas que a nosotros sencillamente nos aburren y quizás nunca nos hemos detenido a observar, y nos invitará a detenernos y observarlas. Un manojo de llaves, una zapatilla eléctrica, los rayos de luz del sol entrando por la ventana, las partículas de polvo que flotan en el aire, una cortina, etc.
  3. Creará yuxtaposiciones y combinaciones de lo más insólitas entre las cosas más dispares.

¿Y esto qué me importa? – pensarás

El punto es que probablemente deje a algunos adultos boquiabiertos con sus ocurrencias. A otros probablemente les parezca una pavada. Vos podés elegir cómo verlo. Y tu forma de ver va a informar tu modo de actuar: una pavada, un lío, una espectacular obra de arte o, sencillamente, lo que veo yo: la materialización de su iniciativa, el gran combustible para su desarrollo.

Y aquí sí empiezan los consejos prometidos:

Mientras no esté en juego su salud o integridad física, la tuya, la de otro ser vivo, o la vida útil de los objetos, te recomendamos permitir que tu bebé se haga de estos inocentes tesoros y colecciones. Y no precisamente porque tengamos interés en que se convierta en un gran artista. Simplemente porque sabemos que el movimiento, las acciones y proyectos que nacen de su propia iniciativa son esenciales para el despliegue de su juego libre y su autonomía.

Descubrir el mundo y conocerse a sí mismo guiado por su iniciativa y el placer

  1. Permitile el placer de tener estos objet trouvé en sus manosy llevarlos a su boca cuando sea seguro-.
    Así irá apropiándose del mundo que lo rodea, y al mismo tiempo, aprendiendo a conocer y utilizar su cuerpo. Conociéndose mientras conoce el mundo.
  2. Permitile también el placer y la seguridad de haber podido.
    Valorá el camino que lo llevó hasta allí. Reconocé su motivación, su empeño, su esfuerzo, su determinación, su perseverancia.
    ¡Son joyas para el juego libre, para su desarrollo y para toda la vida!

Límites: envolturas de cuidado

Como dijimos antes, no se trata de un laissez faire absoluto -ni absolutista-. Vas a tener que apuntalar un poco el recorrido, marcar algunos límites, proveer las envolturas necesarias para cuidar a tu bebé, cuidarte y cuidar el entorno. Para eso:

  1. Simplemente observá. Con la observación vas a poder anticiparte. Ir sacando de circulación y de su alcance aquellas cosas que representen algún riesgo. Y poniendo más a su alcance las cosas que le interesan o pueden llegar a interesarle. De esa manera evitarás el tener que estar atrás y encima constantemente. En este otro artículo hay consejos al respecto.
  2. Y si necesitás poner un límite por cualquiera de los motivos detallados más arriba, podés utilizar la técnica de “un antes de o con un no” que vemos en nuestro taller de límites.

    Imaginemos por ejemplo que ves que tu bebé vio un enchufe en la pared y avanza hacia allí decidido a tocarlo

Podrías entonces:

  • Mantener la calma (intentarlo ya es mucho).
  • Acercarte suavemente y colocar tu mano firme entre tu bebé y el enchufe.
  • Hacer contacto visual con tu bebé. Decirle algo así como “Sí, tenés muchas ganas de tocar el enchufe. / Sí, te interesa mucho. / Veo que querés correr mi mano. / Es fuerte mi mano. / Tenés mucha fuerza.” Manteneniendo tu mano (o tu cuerpo) firme bloqueando el acceso al enchufe (esto vale para cualquier otro objeto, lugar o situación que consideres peligroso).
  • Observar su reacción y prepararte para darle la bienvenida a la frustración que puede -o no- sobrevenir cuando tu bebé se dé cuenta.
  • Sostener y repetir el límite cuantas veces haga falta, con presencia, paciencia, amor y firmeza.

De esa manera estarías reconociendo y validando su interés, curiosidad y esfuerzo, y a la vez, limitando su campo de acción para evitar que haga algo que pueda ponerlo en riesgo. En otras palabras, estarías cuidando tanto a tu bebé como a su iniciativa.

Si bien nunca me canso de destacar la importancia de preparar un entorno adecuado y seguro (te invito a leer otros posts anteriores) con suficiente oxígeno, leña, ramas y papeles de diario, creo que es igualmente importante cuidar la chispa de su iniciativa.

De ese modo el fuego del movimiento y del juego libre podrá mantenerse encendido siempre.

Solo con/en tu presencia: la relación paradójica entre vínculo y separación

Insisto, dejá que tu bebé se interese por lo que naturalmente le interesa. Permitile dejarse llevar por lo que captura su atención. Intentá no distraerlo ni desviarlo de su empeño (salvo que sea necesario). Dejalo concentrarse en lo que quiera, el tiempo que pueda.

Así irá pudiendo pasar más tiempo concentrado: descifrando cómo se ven, cómo son y cómo funcionan las cosas, y, al mismo tiempo, conociéndose y construyéndose a sí mismo, su cuerpo, sus emociones, su yo. Y lo hará solo. Solo con/en tu presencia.

Hemos abordamos este tema en otros posts: la mirada (y la presencia) como necesidad básica para tu bebé y para el desarrollo de su autonomía, su movimiento y su juego. Puede sonar un poco paradójico pero para separarse, tu bebé necesita primero sentirse lo suficientemente apegado.

Ser visto es una vivencia que todo niño y adulto necesita: la atención que otros nos dirigen nos reafirma en el sentimiento de nuestra existencia. El bebé o niño pequeño cuyo yo está formándose es especialmente sensible a ello; esto es para él una necesidad básica y no solo lo son el tacto y los mimos, en los que tanto se insiste.

ESZTER MOZÉS, La observación en la pedagogía Pikler

El bebé es sensible a la mirada de la persona que está cerca incluso cuando ésta no interviene directamente en sus actividades, como si sacara fuerzas de la mirada del otro.

ANNA TARDOS, «La observación del bebé por parte de su madre o sustituto: efectos en sus propias actitudes y en la imagen que se forman del niño»

El loop de la iniciativa, la motivación y el esfuerzo

Volviendo al tema que nos convoca hoy…

Confiá en la potencia de la iniciativa de tu bebé para guiarlo en el camino hacia conseguir lo que quiere, valiéndose de su propio esfuerzo e ingenio. La conquista (o no conquista) de aquello que llamó su atención y movilizó su esfuerzo realimentará su iniciativa, y su iniciativa movilizará otra vez su esfuerzo, ya sea para insistir, intentar de otra manera o cambiar el rumbo hacia un nuevo objetivo.

El “muy bien” puede ser un obstáculo en el camino hacia la autonomía y la autoconfianza

Será el reconocimiento de su propio logro, a través de la satisfacción que este le genere, lo que lo estimule a perseguir nuevos objetivos. No necesitará más que eso. Ninguna motivación o estímulo externo más que la garantía de tu presencia. Ni “muy bien“, ni “excelente“, ni “qué genio“. Aunque a veces nos morimos de ganas de decirlo. Una simple mirada, una sutil sonrisa, un “sí, lo lograste” “estás contento” son un poco más compatibles con esta forma de acompañar. No hay nada de malo en decir -de vez en cuando- “muy bien”. Pero si abusamos del “muy bien” -se vuelve fácilmente una muletilla- nos puede llevar por un camino que después es muy difícil de desandar. Si tenés dudas al respecto, no dejes de leer este artículo de Alfie Kohn: “5 razones para dejar de decir muy bien”.

Confiar en tu bebé es también confiar en vos

Por último, confiá en vos.

Confiá en tu capacidad para liderar y guiar sin controlar, sin conducir de la mano, sin actuar por y en lugar de tu bebé.

Confiá en el hilo invisible que los une.

Si tu bebé te necesita, va a tirar del hilo.

Vos, vas a sentir el tirón.

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