De lo que falta… a lo que está presente. Del próximo hito… a la maravilla del bebé.


En crEO recibimos a muchas familias que llegan con inquietudes y dudas sobre el juego, el movimiento y el desarrollo de sus bebés. Preguntas que aparecen tanto en los encuentros semanales de movimiento libre, juego y crianza en Saavedra, como en los talleres o en las consultas individuales.
Son preguntas legítimas, reales, que hablan del deseo profundo de acompañar bien.
Y nuestro trabajo no es dar “respuestas correctas”, sino acompañar un cambio de mirada.
Buscamos que cada familia pueda encontrar sus propias respuestas.
¿Cómo lo hacemos?
Acompañamos a las familias a descubrir nuevas formas de mirar a sus hijos e hijas, ampliando la comprensión de lo que ya ven cada día.
Trabajamos la observación para que puedan ver al bebé real que tienen delante, con su propio ritmo, su propio modo de habitar el mundo, su historia sensorial y emocional.
Les proponemos una mirada que mueve el foco de lo que “no puede” a lo que sí puede; de lo que “falta” a lo que ya está presente.
Porque antes de jugar, desarrollarse o explorar, un bebé necesita algo fundamental:
sentirse aceptado, amado e incondicionalmente recibido en su ser único por al menos un adulto que le brinde cuidados y del que pueda depender.
Sin eso, el juego y el crecimiento no encuentran suelo.
Creemos profundamente que muchas de las respuestas aparecen solas cuando el foco vuelve a la conexión y al vínculo, y ya no al comportamiento o al hito que se espera ver o conseguir.
Con esa mirada, abrimos este recorrido por algunas de las preguntas más frecuentes que trae la crianza.
“¿Cómo hago para entretener a mi bebé?”
Un bebé no necesita entretenimiento: necesita tiempo, piso, libertad y presencia adulta calma.
El entretenimiento surge espontáneamente cuando el entorno sostiene y no invade.
Los bebés no se aburren como los adultos: exploran, observan, integran y descansan.



“¿Por qué mi bebé no juega?”
A veces un bebé no juega porque está adaptándose, procesando, regulando o simplemente observando.
El juego es un estado interno que aparece cuando hay seguridad -y necesidades fisiológicas satisfechas- no cuando se lo propone desde afuera.
No-jugar también es desarrollo.
“¿Por qué mi bebé no rola?”
El rolado no se enseña ni se estimula: llega cuando hay suficiente libertad de movimiento, tiempo y espacio suficiente en el piso y un cuerpo que va registrando sus apoyos e integrando sus partes.
Cada bebé tiene un ritmo propio, que es importante respetar para que pueda desplegarse con seguridad y confianza.



“¿Cómo hago para que mi bebé gatee?”
El gateo es una consecuencia natural de experiencias previas.
No aparece porque se lo “estimule”, sino porque el cuerpo está listo.
Ofrecer piso, evitar dispositivos que lo inmovilicen o sienten antes de tiempo y confiar en el proceso es la base.



“¿Por qué mi bebé no quiere estar en el piso?”
El piso implica libertad, pero también esfuerzo. Muchos bebés protestan al principio.
Acompañar desde cerca, ofrecer tiempos cortos y frecuentes, estar a la altura y validar la frustración cuando aparece, ayudan a que el piso vuelva a sentirse como un lugar seguro.



¿Mi bebé está aburrido o está explorando?
Las pausas son parte del desarrollo.
Un bebé quieto puede estar descansando, integrando o simplemente observando.
En la quietud también hay movimiento.



¿Es normal que mi bebé juegue solo?
Sí. Un bebé juega solo cuando se siente seguro y cuando el adulto está presente sin estar encima.
La presencia que acompaña sin dirigir es la que más sostiene la autonomía.



¿A qué le gusta jugar a un bebé de x meses?
A los bebés les gusta el juego que ellos mismos inventan.
Los objetos simples permiten crear: telas, cucharas, recipientes, pelotas blandas, elementos naturales.
Menos es más: menos estímulo, más posibilidad.






¿Cómo hago para que mi bebé hable?
El lenguaje florece desde la relación: hablarle, poner palabras a lo que vive, esperar sus respuestas, darle turnos, evitar las pantallas y valorar cada una de sus expresiones, incluso las que todavía no son palabras.
Si querés profundizar, te recomiendo estos artículos:
📌 El diálogo con tu bebé: construir un lenguaje, forjar un vínculo
Cómo se comunica un bebé desde el nacimiento y por qué la comunicación preverbal sostiene todo el desarrollo del lenguaje.
👉 Leer artículo
📌 ¿Comprenden los bebés? El placer de comunicarse con un otro
Una mirada sensible y poética sobre ese universo compartido entre mapadres y bebés, donde todo es comunicación.
👉 Leer artículo



¿Cómo hago para conectar con mi bebé?
Conectar es más simple de lo que parece: es bajar la velocidad, respirar, mirar y estar.
Muchas veces la conexión aparece cuando dejamos de intentar “hacer algo” y simplemente nos acercamos a su mundo.



¿Qué juguetes necesita realmente mi bebé?
Muy pocos.
El bebé necesita espacio, tiempo, seguridad y libertad.
Los objetos simples —telas, recipientes, cucharas, pelotas blandas— abren más juego que los juguetes con mil gadgets o materiales estructurados (que permiten sólo una forma de uso).



¿Cómo acompañar el juego sin intervenir de más?
Acompañar no necesariamente es dirigir.
Si el bebé está concentrado, la mejor intervención es no interrumpirlo.
La presencia silenciosa, confiada y atenta es la que más habilita su creatividad.
No sé cómo jugar con mi bebé… ¿está mal?
No está mal. Y no te hace un mal/a padre/madre. La mayoría de los adultos hemos perdido nuestra conexión con el juego. Nuestra cabeza está plagada de preocupaciones y listas de pendientes.
El juego no se trata de saber qué hacer, sino de estar presentes.
Estar cerca, disponible, mirando con amor, ya es un montón.
Acompañar a un bebé en su movimiento, juego y desarrollo
Acompañar a un bebé no es una carrera por cumplir hitos ni una lista de tareas que tachar. Es un encuentro. Un tiempo compartido donde el adulto afina la mirada, el cuerpo se aquieta y el bebé puede mostrarse tal como es.
Cuando dejamos de buscar la conducta que “debería” aparecer y empezamos a mirar lo que ya está sucediendo, algo se alivia. El vínculo se vuelve más liviano, más verdadero. Y desde ahí, el desarrollo encuentra su cauce natural.
En crEO creemos que cada familia ya trae consigo mucho de lo que necesita: sensibilidad, intuición, deseo de comprender. Nuestro trabajo es simplemente acompañar ese proceso, ofrecer un espacio y una mirada que ayuden a ordenar, a confiar, a ver con más claridad.
Si querés profundizar en cómo acompañar el movimiento libre y el juego de tu bebé, estos artículos pueden ayudarte:
📌 Movimiento libre y estimulación temprana: dos formas de ver al bebé, al desarrollo y al vínculo
Una guía para entender la diferencia entre “estimular” y acompañar desde la confianza.
👉 Leer artículo
📌 La iniciativa de tu bebé y el juego libre
Cómo cuidar esa chispa interna que impulsa el juego, el movimiento y el descubrimiento.
👉 Leer artículo
📌 Acompañar a tu bebé en su movimiento y juego libre
Por qué “hacer menos” suele ser la forma más profunda de acompañar.
👉 Leer artículo
Si este artículo despertó preguntas, alivió dudas o abrió nuevas miradas, los encuentros están abiertos: los espacios semanales de movimiento libre y juego, los talleres y las consultas individuales. Siempre hay un próximo paso posible, y se recorre de a poco. Con presencia, con respeto y con el foco en el vínculo.
Porque cuando cultivamos la conexión, lo demás —el juego, el movimiento, el desarrollo— florece.