Criar y trabajar en casa: un difícil equilibrio entre hacer y estar

Cómo el movimiento libre y la crianza desde el vínculo pueden ayudarte a acompañar a tu bebé y a mejorar la convivencia al criar y trabajar en casa


Al criar y trabajar en casa, el trabajo* y la crianza se cruzan en el mismo espacio, y el límite entre ambos se vuelve difuso.
La computadora, los juguetes, los mails, las videollamadas y el llanto del bebé se mezclan en una misma escena de caos y confusión. Estás ahí —cerca— pero tu atención está partida. Querés concentrarte en las tareas pendientes, y al mismo tiempo, acompañar a tu bebé.

No hay soluciones mágicas, pero te proponemos algunas formas de mirar el desafío de acompañar a tu bebé, cuando necesitás criar y trabajar en casa.
El movimiento libre y la crianza desde el vínculo ofrecen un camino posible para comprender y acompañar estas dinámicas sin forzar, sin exigirnos estar siempre disponibles, y sin caer en la culpa.
Descubrí nuestro taller online de movimiento libre para aprender estrategias concretas y acompañar a tu bebé desde la observación y la confianza.


Mi propia experiencia de criar y trabajar en casa

Cuando mi hijo tenía 6 meses, la pandemia transformó nuestro día a día. Unas semanas antes había extendido mi licencia para disfrutar de la crianza, prolongar la lactancia a libre demanda y empezar a salir al mundo: yoga con mamás y bebés, grupos de juego libre… Sentía que estábamos en un momento de expansión: él ganaba autonomía reptando y explorando, yo empezaba a habitar nuevas identidades y forjar nuevos vínculos. Incluso había empezado a venir una niñera, con la que mi hijo se vinculó de inmediato, sumando otra presencia afectiva que parecía ampliar nuestro pequeño mundo.

Mi pareja también se preparaba para un nuevo trabajo que nos prometía estabilidad y algunos momentos de respiro, mientras seguía dando sus clases en universidades. Todo parecía indicar un camino de expansión: abrirnos al mundo y disfrutar la crianza con mayor tranquilidad.

Pero todo cambió de golpe. Lo inesperado y desestabilizante de la pandemia nos obligó a cerrarnos justo cuando estábamos empezando a abrirnos. Los vínculos con tíos, abuelos y la niñera que había empezado a conocer se cortaron de golpe, y las caras familiares que habían acompañado sus primeros meses desaparecieron.

Pocos meses después, mi licencia llegó a su fin, y acompañada por una psicóloga, intenté volver a trabajar desde casa. Soñaba con encontrar un equilibrio: seguir creando y dando clases, mientras él jugaba cerca. Criar y trabajar en casa. Sumamos una niñera algunas horas, el papá también trabajaba desde casa… parecía que iba a funcionar.

Pero no funcionó. Fue un caos. El llanto y las llamadas se mezclaban en el mismo espacio, y yo me movía entre ambos mundos, como un fantasma, sin poder habitar completamente ninguno.

Recuerdo que una especialista en crianza que consultamos me dijo: “Estás demasiado puérpera”. Tenía razón: el encierro, el aislamiento y la falta de contacto con abuelos, tíos y amigos me hicieron retroceder varios casilleros dentro del puerperio. La ansiedad por separación se manifestó con más fuerza de la que podía manejar, y la culpa y la autoexigencia por “rendir” en todo se sumaban al agotamiento.

Aunque la psicóloga me ayudó a conectar con mis propias necesidades, no contaba con los recursos ni la información para comprender lo que le pasaba a mi hijo, cómo acompañarlo en los momentos de separación o cómo facilitarle el vínculo con la nueva cuidadora. Hoy, con esa información y herramientas, acompaño a las familias que eligen criar y trabajar en casa para que estas transiciones sean más conscientes y seguras.

Por eso, cada vez que veo a los mapadres que logran habitar este desafío, las admiro profundamente. Lo que hacen es una odisea silenciosa: criar y trabajar en casa implica sostener el hogar, el trabajo y el vínculo con sus bebés, todo a la vez, en el mismo espacio y tiempo.

Y también porque me recuerdan que no se trata de hacerlo perfecto, sino de buscar pequeños modos de estar, sin perder de vista lo esencial: el encuentro.

Como escribe Roberto Juarroz:

“¿Cómo amar lo imperfecto,
si escuchamos a través de las cosas
cómo nos llama lo perfecto?

¿Cómo alcanzar a seguir
en la caída o el fracaso de las cosas
la huella de lo que no cae ni fracasa?

Quizá debamos aprender que lo imperfecto
es otra forma de la perfección:
la forma que la perfección asume
para poder ser amada.”

Roberto Juarroz

El desafío de “estar y no estar”: cómo acompañar a tu bebé cuando necesitás criar y trabajar en casa

Para un bebé, tu presencia tiene un valor enorme. No solo por lo que hacés, sino por lo que significás.

Mientras la computadora y el celu nos exigen hacer, producir, responder, nuestro bebé nos pide algo diferente: estar, mirar, acompañar.
Con un bebé, no se trata de hacer, sino de estar presentes. Nuestra atención, nuestra calidez y la alegría de acompañarlo son lo que le permite sentirse seguro en el vínculo. Cuando un bebé puede descansar confiado en nuestro cuidado, se abre la posibilidad de explorar, jugar y desplegar su autonomía con libertad y confianza.

Y ahí aparece la tensión: cuando levantamos la mirada de la compu, la casa nos devuelve un sinfín de motivos para ponernos en acción —un plato para lavar, un mail por responder, un mensaje que contestar— y de pronto la presencia se diluye entre “hacer” y “estar”.

Reconocer esto no significa que tenés que estar disponible todo el tiempo, sino que podés ayudar a tu bebé a comprender lo que pasa y encontrar formas de estar realmente presente cuando están juntos.
Anticipar: “Ahora mamá va a trabajar, después jugamos juntas”. Y cumplir lo que prometemos, por supuesto.
Nombrar lo que sucede lo ayuda a asimilar y comprender el mundo.

Apego y ansiedad de separación: comprender para acompañar a tu bebé

La ansiedad ante la separación —presente o futura— no surge por capricho del bebé, sino justamente porque existe un vínculo de apego con la mamá, papá o cuidador. Entender cómo se construye y fortalece ese vínculo, y cómo manejar las separaciones para que no lo dañen, es fundamental para acompañar a tu bebé en su desarrollo y que esas transiciones sean más fluidas.

Antes del año, el apego se da principalmente a través de los sentidos: contacto físico directo, caricias, abrazos, olfato, voz, presencia cercana. A medida que el bebé desarrolla nuevas habilidades, aparecen otras formas de expresar y sentir el apego. Conocer estas formas nos permite apoyar al bebé —y a nosotros mismos— para transitar mejor los momentos de separación, haciendo que estas experiencias sean seguras y enriquecedoras.

Las despedidas y los reencuentros son momentos clave: ritualizarlos y anticiparlos ayuda al bebé a confiar en que la separación es temporal. Al criar y trabajar en casa, estos umbrales suelen ser más difusos y confusos, porque la figura del cuidador está físicamente presente pero a veces emocionalmente ocupada.

💡 Dos secretos para acompañar a tu bebé en las separaciones y transiciones:

  1. Poner el foco en el reencuentro, en lo que haremos juntos al volver a encontrarnos, más que en la partida.
  2. En vez de pensar en cómo hacer para separarse, pensar en cómo hacer para mantenernos unidos en la distancia, reforzando la seguridad y el vínculo del bebé.

Reconocer y aplicar estas estrategias hace que el apego se profundice y que el bebé pueda tolerar mayores distancias con seguridad, mientras seguimos cumpliendo nuestras responsabilidades.

Si querés conversar sobre tu caso particular, podés reservar una videollamada gratuita conmigo para mirar juntas cómo acompañar a tu bebé y organizar los tiempos y espacios.


El movimiento libre como aliado para criar y trabajar en casa

El movimiento libre parte de una premisa sencilla y profunda: el bebé aprende a moverse, explorar y jugar, moviéndose, explorando y jugando libremente, sin que el adulto le diga o enseñe qué y cómo hacerlo.
No necesita que lo estimulen, sino que lo acompañen con respeto y confianza.
Cuando no intervenimos constantemente, el bebé puede desplegar su curiosidad natural y aprender a regular sus tiempos y su atención.

Para profundizar en cómo el movimiento libre pueden acompañar el desarrollo del bebé, podés leer este artículo.

Para vos, como mamá o papá que trabaja en casa, el movimiento libre puede ser una gran herramienta:

El juego autónomo del bebé te permite encontrar pequeños momentos de concentración, siempre que el entorno sea seguro y tu disponibilidad emocional esté presente, aunque sea desde cierta distancia.

El enfoque del movimiento libre también ve los cuidados cotidianos —alimentación, baño, cambio de pañal, paseos— como oportunidades valiosas para conectar y dialogar con tu bebé. Son momentos distintos al juego libre: aquí asumimos nuestro rol de guía, acompañando, invitando y haciendo con él, sin imponer ni forzar.

Significa reconocer que nuestro bebé es un ser completo y capaz, con sus propios tiempos y formas de participar, y no un objeto o marioneta sobre el que realizamos una coreografía de acciones sin atender sus señales.


Espacios, rituales y límites

Separar las zonas de trabajo y de juego no siempre es posible, pero sí podemos crear rituales: un saludo antes de trabajar, una canción para marcar el reencuentro, un objeto que simbolice la transición.
Pequeños gestos que ayudan al bebé a entender que podés irte y volver, que el vínculo sigue ahí.

Poner límites claros y comprensibles también forma parte de acompañar al bebé.
Nuestro taller de límites propone estrategias para cuidar la relación y fortalecer el apego, mientras organizás tiempos y roles entre distintos cuidadores.


Conclusión

No se trata de estar todo el tiempo, sino de estar de verdad cuando estás.
De confiar en que tu bebé puede explorar, moverse y descubrir mientras lo mirás con amor.
Y de permitirte a vos también moverte entre tus mundos, con menos culpa y más presencia.

Un espacio como crEO puede ser ese respiro que necesitás cada semana,
un lugar donde la odisea diaria se suaviza y podés volver a encontrarte con tu bebé desde la calma.

Nuestros grupos:

☀️ Mañana – Grupos Amanecer

  • Lunes 10:00
  • Miércoles 10:00 – 1 cupo disponible
  • Jueves 10:00
  • Domingos 10:00

☀️☀️Mediodía – Grupos Despertar

  • Sábados 12:00 – Lista de espera

🌙 Tarde – Grupos Refugio

  • Lunes 18:30 – 2 cupos disponibles
  • Miércoles 18:30
  • Viernes 18:30
  • Sábados 16:00

* En este artículo hablamos de “trabajo” en su sentido más coloquial: ese trabajo remunerado que muchas y muchos sostenemos aparte del trabajo doméstico y la crianza que, por supuesto, también son trabajo, constante y en equipo. Pero aquí nos centramos en la experiencia de combinar trabajo remunerado y presencia con el bebé bajo el mismo techo.

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