Límites para crecer: cómo poner límites a tu hijo/a sin dañar el vínculo

Límites para crecer: cómo poner límites a tu hijo/a sin dañar el vínculo

El desafío de poner límites: entre el sí y el no

Pocas palabras generan tanto debate como límites. Algunos los asocian con autoridad estricta, otros con permisividad disfrazada de libertad. En crEO creemos que los límites pueden ser un abrazo, que da forma, contención y dirección. Creemos que los límites son necesarios para crecer (de ahí el nombre de nuestro taller: Límites para crecer).

En este artículo vamos a explorar por qué los límites son esenciales para el desarrollo emocional y social de tu hijo/a, y algunas ideas para ponerlos sin romper el vínculo, es decir, la conexión afectiva que lo sostiene.

El vínculo: nuestro “súperpoder” a la hora de poner límites

El vínculo de apego con -al menos- un/a adulto/a es la necesidad básica y fundamental de un niño/a. Su propósito es que el niño/a pueda depender de quien lo cuide hasta que pueda cuidarse a sí mismo/a. Y se activa cuando una persona adulta asume el rol de cuidador/a y le brinda al niño/a lo que necesita. El vínculo es asimétrico, es el adulto el que debe guiar para que el niño/a pueda depender, sentirse seguro/a, y “descansar” en su cuidado.

límites para crecer: la importancia de asumir nuestro rol en el vínculo

Cuando no asumimos la responsabilidad que supone nuestro rol siendo demasiado permisivos perdemos la oportunidad de guiar a nuestros hijos/as y la tarea de poner límites puede volverse un verdadero desafío. También podemos dañar el vínculo cuando somos demasiado autoritarios (cuando aplicamos métodos basados en la coerción, la separación o las consecuencias) o incluso cuando somos sobre-protectores y sofocamos la necesidad de autonomía del niño/a.

Límites para crecer: envolturas, contenedores, puentes

En la crianza, los límites no deberían ser muros que aíslan, sino envolturas, contenedores que cuidan y protegen a nuestros/as hijas/os, a los demás, al entorno y a nosotros/as.

Los límites deberían ser puentes que ayudan a los niños/as a crecer seguros/as, con confianza y, sobre todo, que les permiten seguir conectados con quienes los cuidan.

Sin embargo, cuando el cansancio, el hastío y nuestras propias emociones se mezclan, es fácil caer en gritos, amenazas o castigos… Nos congelamos, nos desbordamos, amenazamos con irnos o retirarles nuestro apoyo, y llega la tan difamada culpa, esa, la que tiene tan mala prensa, junto a la sospecha de que podríamos haberlo hecho mejor.

Podemos ver a la culpa como nuestra aliada, que viene a decirnos que es necesario ajustar algo, observar mejor, reflexionar y buscar otros caminos posibles.

Los límites cuidan y enseñan

En crEO creemos que cada límite es una oportunidad de enseñar algo más profundo que una norma:

  • Que no todo se puede, pero que no estamos solos cuando algo duele.
  • Que el vínculo no se rompe cuando algo está mal.
  • Que las emociones pueden transitarse con alguien al lado.

Por qué los límites son tan importantes

Los límites ayudan a los niños/as a:

  • Sentirse seguros/as, porque son estructuras que les permiten saber qué esperar y hasta dónde pueden llegar.
  • Aprender a manejar sus emociones al permitirles enfrentarse con la frustración y transitar el duelo de lo que no puede ser
  • Respetar las necesidades de los demás. Les enseñan a vivir con otros, en familia, en sociedad.
  • Desarrollar autonomía con responsabilidad. Sentirnos cuidados es necesario para poder aprender a cuidar a los demás.

Pero también nos ayudan a los mapadres y cuidadores a:

  • Cuidar nuestra energía y salud emocional.
  • Registrar nuestro propio límite para evitar llegar al punto de explotar.
  • Cuidar nuestro rol de guías
  • Mantener relaciones familiares más armoniosas y equilibradas.

El error más común: confundir límites con control

Poner límites no significa imponer miedo ni apagar emociones. Significa marcar un camino y acompañar mientras el niño aprende a caminarlo. Asumir nuestro rol de guías mientras los/as niños/as recorren el camino hacia su madurez. Cuando los límites se aplican desde la empatía, los niños/as sienten que, incluso en medio de un “no”, existe un gran ““: que el amor y el cuidado siguen presentes de forma incondicional.

los comportamientos problemáticos son la puntita del iceberg: límites para crecer

5 claves para poner límites sin perder el foco

  1. Mirar más allá de la conducta: la conducta es la puntita del iceberg, detrás de cada berrinche o comportamiento problemático hay una necesidad no satisfecha.
  2. Validar/reconocer las emociones y hacerles espacio para que puedan expresarlas:
  3. Ser claros y coherentes: las rutinas son estructuras que facilitan la integración de los límites por parte de los niños/as. Un niño que conoce los límites claros vive con menos ansiedad. Sabe qué esperar, qué es seguro y qué no. Los límites le dicen: “Hay alguien a cargo. Podés explorar, porque yo te cuido a vos.”
  4. Esto no significa rigidez. Significa firmeza con calidez, donde el vínculo se preserva.
  5. Ofrecer alternativas: en lugar de solo prohibir, mostrar lo que sí se puede hacer.
  6. Cuidar el tono y la presencia: un límite dicho con calma vale más que mil explicaciones a los gritos.

Conectar antes de corregir

  • Conectá primero: miro a los ojos, bajo a su altura, me acerco y lo tomo de la mano, ojo: la orden desde la cocina no llega!
  • Nombrá la necesidad: “Sé que querés seguir jugando…”
  • Marcá el límite: “…pero es hora de ir a dormir.”
  • Ofrecé contención: acompañá las emociones que aparezcan.

Un límite bien puesto enseña que no todo se puede, pero que no está solo cuando algo duele.

¿Te gustaría aprender a poner límites sin perder la conexión?

En crEO trabajamos con mapadres para que los límites no sean un motivo de distancia, sino una oportunidad para conectar más y mejor con sus hijos. Nuestro taller Límites para crecer es un espacio seguro donde exploramos herramientas y recursos prácticos, experiencias reales y estrategias para:

  • Establecer límites claros sin gritos ni castigos.
  • Mantener el vínculo afectivo incluso en momentos de conflicto.
  • Entender las necesidades detrás de la conducta.

Si sentís que poner límites te cuesta, te agota o te deja con culpa, este taller es para vos.
No hay recetas mágicas, pero sí un camino que se puede recorrer acompañado, con ternura y claridad.

→ Próxima edición online y en vivo: 23 de agosto de 10 a 12 hs
Con cupos limitados para garantizar la participación activa.

📌 Más información e inscripciones aquí: Límites para crecer

La crianza no es un camino que se transite en soledad. Existen espacios donde tu experiencia y tus preguntas son escuchadas y acompañadas.

límites para crecer: la importancia de asumir nuestro rol en el vínculo

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